La frecuencia del sexo en la pareja es un tema que preocupa a muchas personas, tanto si se practica mucho como si se practica poco. Muchas veces nos preguntamos qué es lo normal ¿Dos veces a la semana? ¿Cinco? ¿Todos los días? Como siempre, la respuesta siempre es más obvia de lo que pensamos y pasa por la comunicación.
En una escena de la película Annie Hall de Woody Allen, Diane Keaton le comentaba a su psicólogo que hacía el amor con su novio "constantemente, unas tres veces a la semana", mientras que Woody Allen (su pareja en la película) le comentaba al suyo que lo hacían "poquísimo, unas tres veces a la semana". Dicha escena es una buena representación de lo que ocurre en muchas parejas: el desentendimiento en cuanto a la frecuencia del sexo.
Como con todos los temas, si empezamos preocuparnos demasiado puede acabar convirtiéndose en un problema. Lo más recomendable es que el sexo surja con naturalidad, cuando el propio cuerpo lo pida, aunque sabemos que esa es una utopía ya que muchas veces nuestra mente no nos deja ser así de espontáneos. La mejor receta, como en casi todos los asuntos de pareja, es la comunicación para así poder llegar a un equilibrio.
Descubre algunos consejos que te harán ponerte de acuerdo con tu pareja en el escabroso tema de la frecuencia sexual.
1. NO ES UNA OBLIGACION
No existe un calendario, ni hay que cumplir un cupo de veces a la semana. Depende de la pareja: hay personas que necesitan practicar el sexo más a menudo que otras y no por ello son mejores o peores amantes o tienen relaciones más o menos satisfactorias unas que otras.
2. PROHIBIDA LA PRESION
En ocasiones, dos personas con diferentes necesidades sexuales se encuentran en la pareja, es decir, uno de los miembros quiere más frecuencia sexual que el otro. En este caso, la persona que quiere hacer el amor menos a menudo, puede sentirse presionada a hacerlo y ahí es dónde empiezan los problemas.
3. EL CUERPO SE ADAPTA
El cuerpo humano es sabio y se adapta a nuestras necesidades. Si por norma general, mantenemos relaciones sexuales cada día, nuestro cuerpo nos pedirá mantener ese ritmo para saciar el apetito, mientras que si estamos acostumbrados a que sean más espaciadas no tendremos tanta necesidad.
4. COMUNICACIÓN
Si piensas que tus necesidades sexuales no están siendo cubiertas por tu pareja o al contrario, te sientes presionada para satisfacerle a él, siéntate y háblalo. La comunicación es la mejor manera de solucionar cualquier problema entre ustedes y la mejor forma de llegar a un equilibrio.
5. SOLO CUENTAN USTEDES DOS
No hagas caso de lo que te digan los demás acerca de lo que es normal o está bien en cuanto a relaciones sexuales se refiere. Está bien lo que para tí esté bien, desde la frecuencia hasta las prácticas que lleves a cabo. No te compares con nadie y preocúpate de lo que pase en el seno de tu pareja y nada más.
En una escena de la película Annie Hall de Woody Allen, Diane Keaton le comentaba a su psicólogo que hacía el amor con su novio "constantemente, unas tres veces a la semana", mientras que Woody Allen (su pareja en la película) le comentaba al suyo que lo hacían "poquísimo, unas tres veces a la semana". Dicha escena es una buena representación de lo que ocurre en muchas parejas: el desentendimiento en cuanto a la frecuencia del sexo.
Como con todos los temas, si empezamos preocuparnos demasiado puede acabar convirtiéndose en un problema. Lo más recomendable es que el sexo surja con naturalidad, cuando el propio cuerpo lo pida, aunque sabemos que esa es una utopía ya que muchas veces nuestra mente no nos deja ser así de espontáneos. La mejor receta, como en casi todos los asuntos de pareja, es la comunicación para así poder llegar a un equilibrio.
Descubre algunos consejos que te harán ponerte de acuerdo con tu pareja en el escabroso tema de la frecuencia sexual.
1. NO ES UNA OBLIGACION
No existe un calendario, ni hay que cumplir un cupo de veces a la semana. Depende de la pareja: hay personas que necesitan practicar el sexo más a menudo que otras y no por ello son mejores o peores amantes o tienen relaciones más o menos satisfactorias unas que otras.
2. PROHIBIDA LA PRESION
En ocasiones, dos personas con diferentes necesidades sexuales se encuentran en la pareja, es decir, uno de los miembros quiere más frecuencia sexual que el otro. En este caso, la persona que quiere hacer el amor menos a menudo, puede sentirse presionada a hacerlo y ahí es dónde empiezan los problemas.
3. EL CUERPO SE ADAPTA
El cuerpo humano es sabio y se adapta a nuestras necesidades. Si por norma general, mantenemos relaciones sexuales cada día, nuestro cuerpo nos pedirá mantener ese ritmo para saciar el apetito, mientras que si estamos acostumbrados a que sean más espaciadas no tendremos tanta necesidad.
4. COMUNICACIÓN
Si piensas que tus necesidades sexuales no están siendo cubiertas por tu pareja o al contrario, te sientes presionada para satisfacerle a él, siéntate y háblalo. La comunicación es la mejor manera de solucionar cualquier problema entre ustedes y la mejor forma de llegar a un equilibrio.
5. SOLO CUENTAN USTEDES DOS
No hagas caso de lo que te digan los demás acerca de lo que es normal o está bien en cuanto a relaciones sexuales se refiere. Está bien lo que para tí esté bien, desde la frecuencia hasta las prácticas que lleves a cabo. No te compares con nadie y preocúpate de lo que pase en el seno de tu pareja y nada más.
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