Siempre hemos sabido que es mucho mas sensual, las insinuaciones que ser directo, es mucho más estimulante acariciar levemente que apretar con fuerza, rozar que palpar, ya que ese deseo de hacer, pero no llevar a cabo contiene una carga sexual mucho mayor.
Todo este tema del tacto trata de una sabiduría milenaria adquirida tras la práctica de sentir y reconocer cada pedacito de piel del amante, donde nace una filosofía oriental sobre el poder energético del cuerpo.
Cuando compartes con tu pareja de ese momento intimo si ambos antes de comenzar las caricias frotan sus manos por unos 40 segundos, la temperatura comienza a elevarse y el calor a emerger.
Si después comenzamos a acariciar a nuestra pareja, lentamente casi a una velocidad hipnótica, esa energía concentrada en nuestras manos será trasmitida por medio de un calor ardiente a cada zona del cuerpo por la cual pase nuestras manos, y si a esto le sumamos unos pequeños momentos de pausa en los cuales dejamos nuestra manos quietas en ciertas partes del cuerpo, generaremos un alto grado de sensualidad.
Todas estas caricias pueden ser realizadas con los dedos, nudillos o palmas ya que esta energía comienza a crecer en todo nuestro cuerpo, logrando despertar el deseo de ambos amantes.
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