Punto G llamado así, gracias a su descubridor Gräfenberg quien le dio la primera letra de su apellido y que en la actualidad es uno de los temas más controversiales en el mundo de la sexualidad.
El científico alemán Ernest Gräfenberg, fijo su atención en una pequeña zona de tejido ubicada a unos cinco centímetros de profundidad desde la entrada al orificio vaginal, el cual se reconoce al tacto por su rugosidad, cuya superficie oscila entre los veinticinco y treintaicinco milímetros y es extremadamente rica en terminaciones sensibles.
Gräfenberg sostuvo que estimular este punto provoca a la mujer un intenso orgasmo muy similar al que experimentan por la excitación clitórica.
Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las mujeres no son capaces de notarlo en su cuerpo, razón por la cual en occidente se pone en duda su presencia, y por este motivo se recomienda acariciar esta zona con mucha sutileza, utilizando preferiblemente el dedo corazón, ya que este logra despertar la energía sexual o Kundalini, llamada así en el tantrismo.
Por otro lado el tantrismo asegura que dicha energía recorre entonces cada célula de la piel y todas las sensaciones eróticas que se perciben son intensas y se hace una estimulación precisa.
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