La mayor dificultad para poder tomar ese duro y doloroso paso es la dependencia emocional que esta en nosotros; esta ahí, en todo nuestro cuerpo y toda nuestra mente y ni siquiera la notamos la mayoría del tiempo, solo se hace presente y visible al momento de alguna larga o definitiva separación, esa que nos parte el corazón en pedacitos, y nos hace un hueco gigante en el estomago, haciendo que las mariposas del amor se vuelen y solo quede un inmenso vacio, donde nada y todo cabe, y con lo que nada estamos conforme.
En estas situaciones, enfrentamos rechazo, afrontamos sentimientos de decepción, arrepentimiento, rabia, duda, dolor y resentimiento hacia nosotros, hacia esa persona en especial, y hacia el destino en general, por que nos aparto de nuestra vida y nuestra alma la persona que creíamos iba a estar con nosotros el resto de nuestra existencia, por que nos dejo en el piso y no nos ayuda a para tan fácilmente.
Lo mas común para la gente tomar este paso es la búsqueda de ese “algo” que no sienten tener en su actual relación; el fin del amor y de la necesidad de esa persona; situaciones a nivel religioso, social y personal de la persona que evitan que se compartan ambas vidas; expectativas no cumplidas y en casos extremos el hecho de que ya no le es útil a su vida.
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